Revista 89
Número 89

Turón

Los fósiles que se han encontrado de este mustélido demuestran que su morfología y aspecto actual son muy antiguos. Los primeros huesos procedentes de la especie en la península ibérica se han fechado en el Pleistoceno. Al turón le gustan los terrenos con abundante cobertura vegetal, pero es esencial que exista algún punto de agua.

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El turón es un mamífero carnívoro de mediano tamaño que pertenece a la familia de los mustélidos. Su cuerpo es delgado, alargado y flexible, con la cabeza pequeña, ancha y aplastada y un característico antifaz en el rostro. Las orejas son pequeñas y junto con el hocico, acaban de forma redondeada. La coloración es, en general, uniforme, aunque puede variar mucho de unos ejemplares a otros, en particular dependiendo de las subespecies.


En la península ibérica se localizan dos siguientes subespecies: El Mustela putorius putorius, que se localiza en el Norte y tiene el pelaje más oscuro y el Mustela putorius aureolus, que se localiza en el centro y Sur y tiene el pelaje más claro.


Su cola está muy poblada y aproximadamente mide la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos. Sus patas son cortas y las traseras poseen 5 dedos con fuertes uñas. Puede medir entre 30 y 50 cm, más la cola que mide entre 10 y 19 cm. El peso de los machos varía entre 1 y 1,2 kg y el de las hembras entre 650 y 850 gr, lo que evidencia que los ejemplares masculinos son de mayor tamaño y peso que los femeninos. Las hembras poseen 8 glándulas mamarias para alimentar a sus pequeños durante la primera época de su vida.


La coloración de su espalda es marrón oscura con tonos amarillentos, la de los costados es más clara y la del vientre aún más oscura. En el hocico tiene dos rayas blancas, que pasan por sus ojos oscuros y por sus orejas simulando un característico antifaz. El borde de las orejas y el contorno de la boca es blanquecino.
La dentadura consta de 34 dientes: en la mandíbula superior 6 incisivos, 2 colmillos, 6 premolares y 2 muelas y en la inferior 2 muelas más.
Generalmente los turones tienen una esperanza de vida de unos 7 u 8 años.

 

Hábitat y distribución

El turón vive en zonas boscosas o cubiertas de maleza próximas al agua, aunque también lo hace en bosques claros, praderas húmedas, terrenos rocosos, prados encharcados, etc. En general se puede decir que habita todos los terrenos ricos en escondrijos.


En invierno se acerca mucho a las casas, pudiendo incluso instalarse en construcciones humanas abandonadas o poco frecuentadas, mientras que en verano se encama en las cercanías de arroyos, huecos de árboles viejos situados en la base, cuevas o madrigueras. Su territorio normalmente no sobrepasa los 2 km y, en él, cada día suele desplazarse utilizando los mismos caminos. Dentro de ese territorio, instala su madriguera, la cual construye bajo tierra, muy por encima del nivel de las aguas para evitar que se inunde con las crecidas de los ríos, y con varios respiraderos. La entrada principal suele partir de una roca o de viejos tocones. Evita las zonas áridas y la alta montaña.
Su distribución dentro de la Península Ibérica abarca todo el territorio. Sufre un descenso de población debido sobre todo a la pérdida de su hábitat por incendios, desertización y eliminación de las zonas húmedas en que vive. El turón, debido a su alimentación, colabora a la reducción de roedores, abejorros, reptiles, etc.

 

Alimentación y costumbres

El turón es una especie que está activa todo el año, de modo que no hiberna. Los hábitos de caza de la especie son habitualmente nocturnos, aunque también caza en las primeras horas del día y durante el ocaso.


Se alimenta principalmente de todo tipo de anfibios, pájaros pequeños, ratas, ratones, topos, ratas de agua, musarañas, lagartos y lagartijas, conejos y liebres y, en menor cantidad, peces, miel, reptiles, frutos, insectos con sus larvas, aves domésticas, etc. En los huevos practica un orificio por donde sorbe el contenido. En las orillas de los ríos encuentra bastantes restos de comida, como cabezas de sapo o esqueletos de ranas. La disponibilidad de un tipo determinado de presas condiciona los hábitos alimenticios del turón, que se adapta con facilidad a lo que le da el territorio, aunque la importante regresión del conejo por la mixomatosis y la neumonía hemorrágica vírica ha

Clasificación
científica

Nombre común:

Turón

Nombre científico:

Mustela putorius

Familia:

Mustélidos

Orden:

Carnívoros

Longitud cuerpo: 

Entre 31 y 45 cms.

Longitud de la cola:

Entre 12 y 19 cms.

Peso:

Machos 1.000-1.500grs.
Hembras

500 - 850 grs.

Longevidad:

Hasta 10 años

Estatus:

Residente

condicionado de modo especial a la especie, que en los últimos decenios ha desaparecido de amplios territorios de la geografía nacional, no siendo actualmente abundante en ninguna zona.
El turón es un depredador ágil y poderoso, que no posee una vista muy aguda pero que tiene un buen olfato y un excepcional oído. Se desplaza a saltos lentos y cortos arqueando mucho la espalda, de una forma característica. Nada y bucea perfectamente en busca de presas, salta con destreza y, aunque sabe trepar, no se siente seguro en los árboles. También es un hábil excavador cuando busca presas o amplia sus huroneras.


Con excepción de la época de celo (final de invierno o principio de primavera) en la que se reúnen varios machos que pueden entablar violentos combates para conseguir a la hembra, y la época de cría, el turón es un animal solitario, de costumbres crepusculares y nocturnas, aunque se le ve de día durante la época de celo, sobre todo cuando el sol está en lo alto ya que le gusta calentarse.
Para cazar se introduce en las galerías de roedores y conejos. Gracias a la flexibilidad de su cuerpo puede colarse por agujeros de unos 6 u 8 cm de diámetro. A veces incluso puede instalarse en las madrigueras de sus presas ya que, aunque sabe cavar bien, prefiere vivir en cubiles excavados por otros animales.


Durante sus correrías examina todos los pasadizos existentes entre la espesa maleza, así como los huecos que encuentre entre las raíces de árboles, rocas, muros, etc.
De las aves que captura, abandona los restos y cuando come huevos, les practica un agujero por el que sorbe el contenido, pudiendo quedar las marcas de los colmillos con una separación de 1,3 a 1,5 cm.


Entre los enemigos con los que cuenta el turón encontramos a diversas aves rapaces, tanto diurnas como nocturnas, a las grandes culebras y a los mamíferos carnívoros de mayor tamaño que él.
Es un animal muy sucio que huele muy mal ya que no limpia su madriguera (o huronera, como también se la llama), por lo que esta suele despedir un fétido olor que delata la presencia del turón en su interior, en el que se acumulan excrementos y restos de comida. Cuando está acorralado o asustado  despide unas secreciones muy fétidas, comparables a las de la mofeta, producidas por 2 glándulas que se encuentran en la zona del recto.


Como otros mustélidos, los turones exhiben una formación del «pestillo de seguridad» de la quijada, donde la articulación entre la mandíbula inferior y el cráneo forma  una especie de bisagra, que  es muy difícil de separar, incluso después de la muerte del animal. Esto da a este mustélido una tenacidad asombrosa en sus mordiscos.

 

Reproducción

Durante los meses de febrero y marzo, incluso en abril, los turones entran en celo. Se reunirán varios machos y se pelearán revolcándose, e incluso mordiéndose, al tiempo que emiten ruidosos chillidos sin preocuparse por ser descubiertos. El macho ganador copulará con la hembra, mordiéndola en el cuello y emitiendo toda clase de chillidos y ruidos.


El periodo de gestación dura 6 semanas tras las cuales tiene lugar el parto, normalmente de 3 a 7 crías pudiendo llegar hasta 12. Suele ocurrir, por tanto, entre los meses de abril y junio, siendo mayo el mes más común. Si la madre intuye peligro, traslada a las crías, una a una a otro cubil más seguro.


Las crías nacen ciegas y sin apenas pelo, presentan un color grisáceo y el antifaz no aparecerá hasta pasadas 3 semanas. Abren los ojos entre la 2.ª y la 5.ª semana, y continúan mamando hasta transcurridas entre 4 y 7 semanas. Durante el verano se las puede ver junto a la madre, que las adiestran.


En septiembre u octubre, cuando los jóvenes turones cuentan con 2 meses y medio o tres de vida, se independizan, instalándose en madrigueras cercanas. Alcanzarán la madurez sexual cuando tengan una edad comprendida entre los nueve meses y los dos años.

 

Cachorros

 

Principales problemáticas

Como ocurre con otros mamíferos carnívoros, los turones pueden ser transmisores de la rabia. Otro punto de conflicto de los turones suelen ser las granjas y propiedades agrícolas, por los daños que ocasionalmente infligen en las aves de corral, pues llegan a matar más ejemplares de los que pueden comer, por lo que han sido muy perseguidos por los alimañeros y cazadores que ven en ellos un importante competidor natural. No obstante, la principal causa de mortandad en la población de turones es el consumo por el animal de roedores que a su vez han muerto envenenados por raticidas.

 

Rastros

La impresión de la huella de turón puede presentar 4 ó 5 dedos con sus uñas, que suelen aparecer claras dependiendo de la consistencia del terreno. Son parecidas a las de la garduña o la marta, pero de menor tamaño. La delantera mide entre 3 y 4 cm de longitud por una anchura de entre 2,5 y 4 cm y la trasera, que es más larga, mide de 4 a 4,5 cm. con un ancho que varía entre 2,5 y 4 cm. En terrenos nevados, puede apreciarse la huella de la cola.


Los excrementos son largos y de color más o menos oscuro dependiendo de lo que haya comido. Cuando son duros tienen forma de embutido retorcido y acabado en punta y miden entre 6 u 8 cm de longitud y 9 mm de grosor (por lo tanto son algo menores que los de la marta y la garduña). Si el animal comió peces o ranas, las deyecciones son fofas y bastante líquidas. Tienen un olor fétido muy desagradable. Como excepción a la mayoría de los mustélidos, no los deposita en lugares prominentes para marcar su territorio, sino que los abandona en caminos o en una letrina discreta cerca de su madriguera en la que a veces se observa arañado el suelo. Estas deyecciones pueden estar compuestas por pelo, plumas, trozos de hueso, semillas, caparazones de crustáceos, restos de bayas, etc.

 
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